martes, 12 de enero de 2010

El frasco de mariposas (Gracias Yasmi por la imagen)


De cristal transparente y sin tapa, el frasco descansa sobre la mesa del que escribe. Escribe el que sueña poniendo mariposas dentro del frasco, mariposas de colores, espejos del alma… Él permite que se derramen sus palabras sobre el teclado. Ellas vienen desde el mar, acuden presurosas atadas al viento, se dejan ventilar. Pero no sólo de allí, vienen desde la pradera y desde el fuego.
Agazapadita en cada rincón de la sala hay una palabra que llega y se convierte en sentido para el que escribe y se transformará en sentires para el que lea.
Mariposas que no pueden quedar presas, destinadas a una vida efímera y llena de color. Las palabras son escurridizas, el que las piensa siente que se le resbalan desde alguna parte hasta los dedos, recorren el camino de su vida para encontrar, igual que el escritor, significados múltiples, alas, destellos, transparencias, cristal de vida dentro del frasco transparente. Por eso no puede taparse, porque ellas deben hacer su voluntad, las mariposas igual que las palabras, están predestinadas a aletear desparramando soplidos leves, breves, un hálito de vida.

1 comentario:

  1. Hermoso amiga ! Y esas mariposas tuyas llegan hasta mi alma !

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