martes, 14 de septiembre de 2010

Mujer bajo la lluvia


El agua resbala por su rostro. Mojada hasta el alma hace un cuenco con sus manos, mira, un poquito de agua que se junta, hace demasiado frío y tiembla, suelta suelta…

Levanta los ojos y el pelo chorrea, pato mojado, no acierta a distinguir si algo de todo eso es lágrima, no está segura, no puede verse o saberse porque se le mezcló algo que venía pensando y algo que venía sintiendo. Colisión dramática, apenas silenciada por el ruido del viento que corta el alma en dos. Una parte se va corriendo a buscar refugio, la otra se queda quieta bajo el agua y disfruta, vuela vuela…

Que siga cantando el agua, que la luna asome apenas, que sepa guardar secretos, que los árboles la cuiden, que la vereda se empine y la calle haga sesgos para adornarle los pasos. Que la gente pase, cara tapada, manos ocultas, voces perdidas, indiferencia. Que ladre un perro, que aparezca una estampida de estrellas en un agujero del cielo, un movimiento fugaz. Sigue tu paso, pequeña, no es necesario correr, alguien camina contigo.