jueves, 11 de febrero de 2010

Si no te miro


Celestes, tus ojos me miraron
Almíbar en tu boca
Tu pasión me hechizó
Fuertes tus brazos me arrancaron
Tu pecho tibio amordazó mi miedo
Tu cuerpo me quebró
Me acunaste, me diste vuelta el alma
Me jugué entero el corazón

Te entregaste sólo a medias
Diste lo que tenías
Lo supe de inmediato
El que se escurría entre mis piernas
Jugando, goloso, divertido, alegre y vivo
Enteramente vivo, ese eras vos
Yo amando, vos dejándote amar
No fue suficiente
Quería tu corazón dentro del cuarto
Como había estado en tus palabras antes…
Pero es más fácil escribir
Jugar con las palabras (yo lo hice, lo hago)
Llegar al alma y al cuerpo
A pura fantasía
Hombre, te quise mucho
¡Cómo te quise amor!
Mucho reí, mucho lloré
Todo contigo es mucho
Todavía recuerdo tu abrazo, aún mi piel tiene tu huella
Mi césped tu rocío
Mi noche tus estrellas
Así entendí que nunca serías mío
Y de algún modo
Doy gracias por haberte perdido
Porque lo que tengo sentido
Abre la puerta a lo que no ha llegado
Gracias hombre, gracias
Bendito entre todos por soplar mi letargo
Tus ojos se van yendo de los míos
Tu boca se me borra
Es más fácil, mucho más fácil
Si no te miro

lunes, 8 de febrero de 2010

Miel y sal



Al surco de tus dedos
Mi piel responde y mi espalda
Al trazo de tus labios
Mi alma sucumbe y te amarra

Se me levanta el cuerpo
Cuando el deseo lo llama
Susurros y latidos
Se desvanece, se calma

Tu cuerpo tiene las ondas perfectas
Tiene lomas y hondonadas
Tiene césped, calandrias
Tiene luz, brizna y salvia

Tu cuerpo me es perfecto, calza justo
Me alarma
Alerta a la caricia
Mi pecho se agiganta
Para que lo sopeses, lo atrapes
Doble luna en tu cara
En tu boca la miel
La sal en mis entrañas

Soñar despierta


Que bueno que no vengas
Que bueno no tenerte cerca
Ni sufrirte
Ni gozarte
Ni perderte

La espera anhela
La certeza mata
No quiero tocarte porque atrapas
No quiero que tus vellos me rocen
Ni quiero que tu boca me recorra
Ni que tus ojos se miren en los míos
Ni que tus orejas se pierdan en mi boca

No quiero vibrar en el pensarte
Ni sentir cosquillas
No quiero sentir la piel que te soñé
¿Y si coincide?
¿Y si me envuelve?
¿Y si te erizo al tocarte?
¿Y si…?

A veces es mejor formular las preguntas que responderlas
Quedarse con la duda para adentro
Proteger la fantasía, soñar despierta
Que el mundo es ancho y propio y que te bebes los mares por mí
Que sólo con rozarte llego al cielo
Que sólo con mirarte desespero
Y con sólo anhelarte ya me entrego

Que te prendes de mi y que te enciendas
Que me quites el aire y el ensueño
Que tus manos me recorran entera
Que tu boca sabia moje mis terrenos
Que tus piernas
Que tu vientre
Que tu sexo
Que...

Que bueno que no vengas
Que bueno no tenerte cerca
Ni sufrirte
Ni gozarte
Ni perderte

domingo, 7 de febrero de 2010

Desamor


Cala hondo el desamor, se lo lleva todo, puede con las palabras, con los gestos, con las caricias… todo se esfuma, pierde sentido, se queda sin aliento. Es como un gran cúmulo de nada. Y así se quedó Diana, inerte y desolada, desamparada, sola de la soledad más dura. Piedra caliza su corazón, su alma vacía, miseria total, terreno yermo. Y sobre esa arcilla inerte en la que no crece nada lloró algunas lágrimas, las que le salieron, no tenía muchas. Se acostó en el suelo, se acurrucó y buscándolo cerró los ojos, para soñarlo. Pero el sueño no acudió, ya no estaba, para su sorpresa, la posibilidad de soñarlo. ¿A dónde se habían ido las imágenes? Diana se preguntaba impotente, ¿también pudo el desamor llevarse su imagen? No había respuestas, sólo ausencia, solo miedo y el alma quieta.

lunes, 1 de febrero de 2010

Y ya nunca más (incluyendo éstos) usó términos absolutos


La madre de Clara tiene 37 años, era muy joven cuando la tuvo, hasta ese momento ella era muy radical en sus acciones y pensamientos. Hasta que llegó su hija berreando, con los ojos abiertos y los puños cerrados a pelear por la vida con valentía, inaugurando un nuevo tiempo, un nuevo espacio, inaugurándole a su madre un nuevo tipo de amor desconocido que pensó que nunca iba a sentir. Después de su llegada aprendieron tantas cosas! Todo cambió, siempre adquirió otro significado, bueno y malo adquirieron matices y “nada”, dejó de existir en el universo de esta madre. Sintió el poder de la vida y ya nunca más (incluyendo éstos) usó términos absolutos.

Hoy Clara tiene 16 años y es absolutista como lo era su madre. “Nunca más le hablo mami, te lo juro”!
La madre la mira sonriente y piensa… “Ay mi amor, nunca y siempre son términos tan relativos”…
Sigue Clara con sus imprecaciones: TODA mi vida pensando que él era TODO para mí!, SIEMPRE lo acompañé en TODO, NUNCA miré a NADIE que no fuera él y ahora… no me llama, no me mira, no me necesita, LO ODIO Y LO ODIARÉ PARA SIEMPRE!!!!
La madre la mira con mucha ternura y conmovida por su dolor, pasa su mano por el cabello rizado de Clara, se ve a sí misma 20 años atrás y una lágrima le corre por la mejilla, pero no dice nada…
Ella sabe muy bien lo que siente Clara. Fue necesario que pasara la vida, los amores y los desamores, encantos y desencantos, para darle el tono adecuado a las cosas. Para ella “te amaré por siempre” se fue transformando en “te amaré mientras dure”, “Nunca más le dirijo la palabra” se fue transformando en “no le dirigiré la palabra hasta que nuevamente sienta deseos de hacerlo”. “Nunca te olvidaré” dio paso a “te iré olvidando en la medida que pueda y quiera”, “Eres todo para mí” se convirtió en “Eres muy importante para mí, aquí y ahora”.

Clara no está preparada para este relativismo, ella es demasiado joven aún y su madre lo sabe, por eso no le dice nada todavía, espera el momento adecuado para que sus palabras no caigan en saco roto.
Ella sabe de cabezas duras y de la necesidad que tienen esas cabecitas de darse contra la pared, allí en el mismo lugar donde años atrás se golpeó su madre y su abuela y la vecina… Marcas tiene la pared de cabezas duras y fundamentalistas que no están dispuestas a prestar oído ni inteligencia a burdas experiencias de otras personas.
La madre conoce la respuesta a sus “consejos” porque ya lo experimentó: “Mamá, eso era en TU época, las cosas AHORA son distintas”. “Ay por favor!!! No vas a comparar la era del hielo con lo que está pasando ahora, ple no si glo vein ti u no!!!!!! Vos dejame a mí, ahora es diferente, mamá, convencete de que los jóvenes de hoy no son como eras ustedes, unos caídos de la higuera como dice la abuela.
Y la madre sabe que es cierto, ella fue otra caída de la higuera, que tardó es despabilarse como 20 años, por eso acaricia los cabellos de Clara y desea para sí que no sufra demasiado, que pronto los nunca y los siempre de ella adquieran la necesaria relatividad que tiene la vida. Y sabe, muy dentro que poco puede hacer para evitar que su hija se dé de bruces una y otra vez contra el sufrimiento, y sabe que eso es imprescindible para que crezca.

Unos años después, se encontrarán en similar situación, Clara llorará mirándose al espejo y su madre acariciará sus rizos y con una mirada interrogará a la hija, ya crecida y ésta le adivinará el pensamiento y dirá, entre sollozos:”No te preocupes má, ya sé que siempre y nunca son tan radicales como todo o nada, que las cosas nos son sólo blancas o negras, ahora lo sé y por eso mismo, igual que tú, empezaré a templar mis términos absolutos.