jueves, 24 de febrero de 2011

En vela


¿Piedra o bronce en el alma carcomida?

La noche en vela alumbra su recuerdo

Levantas suavemente la mirada

Espejos oscuros disimulan la pena

¿Por qué cierras la ventana?

Deja que los molinos trabajen

Suspende el dolor, déjalo ir

Pon tus pies en el piso

Sal a la noche puerta afuera

Sostén en tu mano las estrellas

Cuéntale a la luna, ella entiende tristezas

Habla con la sombra que tu cuerpo proyecta

Camina despacio y si sientes frío

Sólo debes bailar, la música de adentro

Arremolinado el pelo

Colorada la cara

Sofocado el aliento

Se te aliviará el frío

Aunque lo tengas preso

Otros andamios



Atrás del andamiaje se esconde la niña

Un sólido encofrado sostiene lo que será cemento firme

Los ojos arden

El pecho se cierra y el grito no sale

Sube, sube a ver como es arriba

Mira, mira el paisaje fatigado y sudoroso

Cuidado allí, cuídate niña

Eso que duele en tu pecho no es cemento

Eso que te atraviesa la garganta no es madera

Eso que arde en tus ojos no es arena

Se endurece el cemento

Sometido a su cauce

No dejes que tu alma siga el ejemplo

Cuídate del desamor y el desamparo

De los que no están pero estuvieron

De los que hubieras querido tener cerca

Suaviza tu garganta y canta algo bello

Bájate de allí niña que hay peligro

¿No has aprendido aún a proteger tu alma?

jueves, 17 de febrero de 2011

Pedacito de luna


Un pedacito de luna
Por verme vino a mi patio
Hamaca que mece penas
En la noche enamorando
Aroma intenso embelesa
Benigna y tierna intemperie
Prodiga luz para el triste
Licor suave que te envuelve
Beber un sorbo ya basta
Para acallar todo el miedo
Encarrila el alma y vuelve
A su puesto sin resuello
Noche de verano cómplice
de los ojos que llovieron

jueves, 10 de febrero de 2011

Madre...


Que me sostenga el aire y me eleve por los cielos, quiero viajar mirando el paisaje debajo, llevada por el viento. Que las estrellas vigilen mi viaje por si acaso, las aves predadoras amenazan mi vuelo. Lo tengo que hacer sola, apenas con ayuda de algunos elementos, de la naturaleza a quien confío, mi desamor, mi sueño y el ánimo perdido en vericuetos negros.

Estoy cansada, la cabeza pesada y el corazón de duelo, la sonrisa en picada, con bordes hacia el suelo, sonrisa del revés, mueca desolada de mi alma sin aliento.

Crecemos y aprendemos, a ver luces y sombras, jazmines, agua y cieno…

Es letal la congoja cuando ves que se apaga, sin poder detenerla, la vida del que antes, para vos no era viejo. Los que te antecedieron y llenaron tu vida de amor y pan; de leche y sonajeros… El ciclo cumple siempre, lo sabemos, no pasa de costado, va atravesando el cuerpo y dejando al descampado, sin canción ni consuelo, el alma del que llora, calladito hacia dentro. Madre velo tu sueño como velaste el nuestro, y como alimentaste te doy hoy el alimento. Quisiera retenerte, por egoísmo, cierto. Y vos ya estás cansada, yo no puedo con eso.

martes, 8 de febrero de 2011

Mariposas

El tiempo hace milagros… saca mariposas de la nada y las empuja al vuelo. Cuando no tengas idea del tiempo transcurrido, sólo mira hacia el jardín, si hay mariposas, es que el tiempo ha sido suficiente. Deja la ventana abierta, permite que el fresco te de en la cara y si acaso hubiese llovido, mejor aún… la tierra huele distinto y se potencian los aromas. ¿Qué hay flores marchitas? Seguramente, por más que las cuides, hay flores cuya naturaleza es efímera, no puedes con eso. Debes volver a sembrar y a cuidar otros retoños, para que se fortalezcan y en la próxima primavera, cuando menos te lo esperes, zás! brotarán nuevos pimpollos, tan bellos y efímeros como los que hoy te duelen. Así sabrás que la vida se renueva, que el alma no se queda quieta nunca, que las palabras la mantienen viva, las tuyas y las que te regalan. Porque hay palabras que son caricias para el alma, que tienen alas coloridas y sedosas como las de las mariposas, son iguales.

Sólo el tiempo.

Sólo el tiempo… el que casi todo lo puede, hará que se desdibuje esa caricia desprevenida que hace surco en la espalda, erizándolo todo a su paso. Es relativamente sencillo, con el tiempo, lograr que desaparezca el sabor del beso inmaculado que sólo trae mieles y hace cruces en la frente de los que se besan. Quien puede sentir en su cuello el tibio aroma del otro y viajar hasta dentro mismo de su alma en un relámpago… puede perfectamente salir de allí y esfumarse, dejando apenas un retazo de tul en su corazón por siempre. No está de más tener el corazón adornado, si es con flores, tules y encajes, todo lo bello y lo suave lo embellece y alimenta. La vida sigue, y el camino abierto te espera para que siembres a tu paso, el mar te espera y el bosque, la música sigue sonando y ese diminuto momento, no va a huir, no se irá. Cuando hay una marca inclemente, que te deleita y atormenta el sueño, sólo el tiempo… la atenuará transformándola en tibio recuerdo.

domingo, 6 de febrero de 2011

Angeles en la tierra

Los ángeles se esconden detrás de las rocas. De chica yo pensaba que eran niños que se habían ido al cielo… Pero algo en mí siempre se reveló contra esa versión de los hechos. ¿Qué parte del cielo? Yo he mirado mucho el cielo a distintas horas, día y noche y no se ven. Así me fui haciendo escéptica en materia de ángeles y alas. Hace una vida que dejé de ser niña, ahora creo que hay gente que tiene alas acá en la tierra, mientras están vivos. A veces te sacan a pasear y te dan “un paseo por las nubes” como la peli, pero tarde o temprano aterrizás. Y no es que yo no quiera creer en nada, lejos de mí. Pero hay cosas que, como decía mi Nina, “pueden haber sido ciertas y no haber sucedido”, esa fue y será una gran verdad para mi. Porque es cierto lo que soñás, lo que vivís, es cierto lo que creés y lo que no te convence, también es cierto.