jueves, 23 de junio de 2011

Ese abrazo...

Urgencia de su boca… tu boca helada
Las llamas en su cuerpo… tu cuerpo en llagas
Su pecho vibra y late
El miedo en la garganta
En el abrazo último se te quedó trabada
La esperanza de serle
La derrota engarzada
En su preciosa nuca
Tus besos se rezagan
Sal de aquí cruel fantasma
Tu drama no es posible
Al diablo su silencio
De nada sirve ahora
Vociferar su ausencia, garganta ya cerrada
Sólo quedarse quieta
Y que no duela nada

martes, 21 de junio de 2011

El plano equivocado

No se notan los vértices ni las aristas pueden, delimitar apenas la superficie ambigua, el plano equivocado donde le toca estar. Si fuera su lugar habría hallado el punto, si le duelen los lados algo le dice “es hora”, de verificar constancias y trazar esa línea. Tal vez sea justo esa la que está faltando, la que pone el límite, esa que separa. Si no se hace eso, los ángulos pueden alocarse y quedar congelados, para siempre obtusos. Ni parejos ni nada, parecer otra cosa. Algo diverso que no por esperado sea cierto o incambiado o al menos vinculado al trazo original que se le había asignado. Es por eso sin duda que los lados le duelen, porque está y siempre estuvo, en otro lado del plano, corriendo unas variables para intentar – ¡qué locura! – que queden inmutables. 

sábado, 18 de junio de 2011

Tiempo y cosas

Ordenar el tiempo en la cabeza es cuestión de cosas, ordenar las cosas en la cabeza es cuestión de tiempo, cuestión de tiempo y cosas en la cabeza desordenada.
Porque en la rutina de lo incierto cabe la cosa menos esperada y en lo incierto de las cosas nuestra rutina espera ser desvalijada. Un paso más, sigue andando, desanda un poco allí y mira entorno, mira sus caras, sus ojos ajenos y piensa en ellos ¿cómo estarán sus cosas? Y piensa en verlos y hablarles tal vez, para encontrar otras cosas y otros inciertos. Te podrán seducir por momentos las cosas de otro tiempo, pero si ya quedaron en el camino de lo hecho, ya congelaron el tiempo y entonces de nada sirve su certidumbre anclada, de no ser por el grosor de la carcaza que te defiende más, que no mejor, de una nueva incertidumbre puesta a jugar en tu cabeza. ¿Ya sufres de incertidumbre crónica? Es el estado natural del ser humano, no te apenes.

jueves, 16 de junio de 2011

Por escuchar si llega

En espera suspendida
El alma en vilo
Curiosa se pregunta por su rostro
El tiempo de la espera es lento
No ocurre ni transcurre acaso…
Escurre entre los dedos
Hilo de agua, vigorosa lágrima
Que deja marca sobre la tez curtida
Quebranto antiguo desmenuza el alma
Son años de espera y esperando muere
Renace cada día por escuchar si llega
Por divisarlo desde el asomo
Medio ladeado el cuerpo
Como caminaba 

jueves, 9 de junio de 2011

Duelo

La pena no se apiada
Del alma del doliente
No la suelta no permite el aire
A grandes zancadas la hojarasca cruje
Hace eco en la cabeza embotada
Terrible crujido de huesos o de piedras
Pena fina filosa pena tensa densa
Haz algo bueno aunque te cueste mucho
Carga en tu carro las huestes tenebrosas
Deja limpio el trecho que recorre lento
El hombre cabizbajo
Con los ojos mojados
Y el corazón al vuelo

miércoles, 1 de junio de 2011

Sin rastro...

Debe haberse perdido de mis manos tu rostro
No lo puedo ver no está donde solía
Tus ojos fusionados entre si y con el cielo
Espejo desarmado sin marco ni reflejo
No hay laureles ni aromas ni espesores
No crujen los peldaños
No soportan tu peso
Se fueron espaciando ralo ralo rahído
Tu trazo sin diseño
O tal vez quedó quieta 
La imagen en silencio