Es que el amor no está, para hilvanarlas, no está la caricia regocijo del tacto.
Si sus ojos no miran, ¿para qué el escenario? Si su boca no besa, labios de mármol.
La ola no dobla el junco, arena quieta, de sombra.
El viento no despeina el alma, cenizas.
La mujer pregunta, vientre de tierra, ¿dónde están las raíces?
Ellas la habitan en silencio con burbujas. Porque el amor sopla burbujas en el vientre, es de movimiento no de ruido. Pero cuando el amor no está se apaga el suelo, puede apenas ronronear el alma…