domingo, 10 de junio de 2012

Lenguaje inclusivo, por Dió!!!


Harta me tenés, HARTA!! decía mi madre cuando los seres humanos en vías de desarrollo que estaba criando (mi hermana y yo) nos poníamos un poco impertinentes :)


A quienes defienden el uso estricto del lenguaje, os digo: “tenéis razón”. A quienes desean modificarlo, cotidianizarlo, “coloquializarlo” les digo, “Ustedes también”.
Se sabe que hay palabras que no tienen femenido, es un hecho. “Influyente”, “Interesante” y “Consecuente” no lo tienen:  “Es una persona influyente”, “Leí un libro interesante”, “Fui consecuente en mis acciones”. En estas frases no cabe duda de dónde está el sujeto y el género del mismo no cambia el adjetivo. No decimos: "Es una mujer consecuenta", no es la idea.
Cuando hablamos de Presidente con mayúscula, no estamos adjetivando necesariamente, cosa que haríamos si dijéramos “Tu actitud en esa reunión fue muy presidente”. No lo usamos así, lo usamos como sustantivo, a saber “Presidente”, quien ostenta la autoridad en una Nación, República, País o como gusten llamarle a la comarca :)
Entonces si los argentinos tienen una Presidenta y le quieren llamar así, pueden.
Si este argumento no fuese suficiente o careciese de fundamentación lingüística por ignorancia mía, tengo otro para presentarles: La lengua está viva, no congelada. Por eso hoy no decimos “vosotros tenéis razón”, decimos “Ustedes tienen”, aunque esto en su momento haya parecido un lenguajicidio. Alguna vez rechinó “bagayo”, y hoy está en el diccionario de la RAE. En fin, amigos y amigas, el lenguaje inclusivo se está contruyendo. Cuando algo está en proceso de construcción, en simultáneo deconstruye un modelo anterior que con mucho trabajo se había consolidado. Por eso, construir “visibilidad” para algunas cuestiones de género, da trabajo y hay que ser un poco impertinentes para lograrlo. Lenguaje inclusivo no es sólo decir “A los y las”, sino empezar por decir “A quiénes”, en vez de “A los que”, podemos decir “Todas las personas piensan” en lugar de “Todos pensamos”. El genérico masculino existe y lo usamos, pero además, abusamos de él. Si para crear conciencia de género tenemos que ser pesados y pesadas, por el tiempo que sea necesario lo seremos. Hasta que sea tan natural como andar en bicicleta, usar otros genéricos y darnos cuenta al toque, de que hay un modelo funcionando en nuestra mente. Y conste que no digo que los modelos sean malos, por lo general rompemos uno para construir otro. Sólo digo que van cambiando, se transforman y nos permiten interpretar la realidad de diferentes maneras. Tenemos que abrir la cabeza, nada más.


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