martes, 10 de julio de 2012

Ensayo y error

Vamos probando a tientas por la vida porque lo que pasa después de este minuto, no lo sabemos. Ni la más sabia de las personas sabe lo que va a pasar en su vida en el instante que sigue. Conozco gente muy organizada que sabe hacer lecturas, en base a un histórico conocido, y trabajan para embocarle a lo que va a pasar, ¡y a veces pasa!
Hay gente que no, que se sube al ómnibus con una gran expectativa por lo que el día va a contener. El contenido de los días no está producido, hay que ir haciéndolo, minuto a minuto, aunque no nos percatemos de ello. Puedes hacer aquello que hace tiempo deseabas, o dejarlo en la gatera para cuando estén dadas las condiciones. Con esto último hay que tener especial cuidado porque les tengo malas noticias… las condiciones no están ni estarán dadas jamás de los jamases. Hay que producir también las condiciones, uy!, ya me estoy sintiendo poderosa con esta toma de conciencia brutal acerca de la impredecibilidad de la vida, de lo que va a pasar y su circunstancia. ¿No es de locos ir por la vida así, a tientas y sin lazarillo? Es una enormidad de posibilidades que se nos abre de tomar buenas y malas decisiones. Es más, por más que hayamos avanzado grandes tramos en contenidos de vida generados, no obtenemos certificado de “Libre de fallos”. Nos equivocamos un montón y otro tanto hacemos bien. Lo terrible es que cuando hacemos las cosas bien, hay pocos para aplaudir, pero cuando metemos la pata hay un pueblo dispuesto a hacerte saber lo mal que estuviste. Esto es muy del ser humano, no debemos asustarnos de tal actitud. Es más fácil criticar el contenido en recipiente ajeno que tomarle el gusto al propio. Pero no nos quejemos, si al fin y al cabo, esto es una hermosura. La vida digo, ¿qué pensaban?

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