sábado, 21 de julio de 2012

Ojos de cielo

Por quererte me declaré libre, aunque no sé de libertades suficientes. Sólo recuerdo tu presencia crepitante, no debilita el miedo, lo apacigua. Con esos ojos de mirar sereno, entrampaste los míos sin salida. Y hoy no es amor ni desconsuelo, es alegría de vida bien vivida. No te reprocho nada, estás absuelto, de toda maldición bien merecida. Pues te bendigo ahora, ojos de cielo, por desterrar el duelo de mi vida. Si nunca quise así, te lo agradezco. Si no volví a encontrarte, tema mío. Como míos serán tus labios breves, como míos tu recuerdo y tus olvidos. No te miraré más, no te estoy viendo, y a pesar de eso te destilo. Te dedico un pasado contundente, te auguro un futuro de imprevistos. Hoy sólo anidan en mis brazos tus otoños, los que no viste y no tocaron piso. De tu cuerpo, la marca en el ombligo, sobre un tiempo que vale mil inviernos. Tiempo de serte, entelequia y mieles, de tu pecho a mi boca sólo un trino. Y entonces llega el fin del bello cuento, todo vuelve a su sitio en el camino, todo se acomoda de callado, la historia terminada, es el destino.

4 comentarios:

  1. genial simplemente exelente!!!

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  2. Me encontrado con lecturas sean, cuentos, novelas , poemas que me han gustado mucho, pero otras que me han movido y me estremecieron por un largo tiempo.Este es un caso.
    La verdad un gusto conocerte aunque no esncontremos casi siempre en el ciberespacio, digo casi siempre pensando al futuro

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