domingo, 18 de marzo de 2012

Érase una vez...

Érase una vez…



El no quiso que pasara pero lo dejó pasar,

ella quiso aguamarinas y él las salió a buscar…

El pensó, no es importante, puedo con esto y más,

ella soñó, si las trae, no me dejará de amar.

Y él siguió, trayendo cosas, que no podía pagar.

Hasta que un día cualquiera, ella lo quiso besar,

y él le dijo, simplemente “besos ya no tengo más”.

lunes, 5 de marzo de 2012

Para no olvidarla

Duelen los pies y las manos... el cuerpo paga la pena y el silencio desobedece y se rompe. El cielo se parte en gotas grandes, círculos oscuros sobre fondo claro, pedazos de nube sobre la espalda dura. La lluvia encuentra al aire en penitencia, respirando a silbos asmáticos. La Enamorada de la noche quiere y quiere perfumar, y el aroma, se queda suspendido como aureola. Hay que estar bien cerquita, bajo la lluvia, oliendo con voracidad, moviendo el aire a palmetazos, aunque duela. Lejos, para no tocarla, cerca, para no olvidarla…