domingo, 29 de abril de 2012

Palabras en mi espalda


Cuando no se escriben, entrelazados y juguetones, se cansan los verbos, se aburren los adverbios. La acción no es conjugada y nada se agrega sobre la cualidad de las cosas. De tiempo, de modo, de lugar, prontos para usar, acelerando el silencio para que cese.
Si sabes dónde, cuándo y como, tienes una historia que contar. Si además te imaginas a quién, y qué, tendrá argumento. Yo no tengo una historia completa ahora, porque me andan caminando las palabras por el cuello. Unas van hacia la espalda y hacia la cabeza otras, así... es imposible, no se dejan. Tengo historias que no tienen final y personajes sin nombre ni adjetivos. Cómo entonces contarlas? Hay que esperar, primero, que se queden un poco quietas. No es necesario que estén tranquilas, pueden incluso moverse un poco y hasta llorar a veces. No importa en qué condiciones encontremos una palabra, porque llegado el punto podemos ayudarla. Yo hoy ni siquiera intentaré calmarlas, sólo las dejaré libres y en algún sueño, tal vez se entramen cobrando sentido, un sentido nuevo y yo, mañana, tendré una historia entera para contar, y no sólo palabras en mi espalda.

lunes, 23 de abril de 2012

Vivencia y recuerdo


El tiempo te acomoda los recuerdos, los va tornando puzzle. Se te arma en el alma el rompecabezas y cada pieza va donde tiene que ir. Las penas son un poco resistentes al acomodo, es que son competitivas y pugnan por obtener mejor lugar que los alegrones, pero es bueno decir que éstos no se quedan atrás en materia de hacer fuerza. Los besos y las pieles en cambio tienden a mezclarse, y te va quedando junto los reales y los soñados. Como los brazos y abrazos, los empieces y los termines... son vulnerables al paso del tiempo y por eso es que se acurrucan indiferenciados. Ahora, los ojos que miraste no van al mismo lugar de los que amaste. Estos últimos tienen lugar de privilegio casi sin proponérselo, no es que sean belicosos, no, sólo que saben que tienen las de ganar. Y las sonrisas?, esas no se separan de sus respectivos ojos, si fueron amadas -requisito previo – claro está. Y fíjense qué es versátil el asunto de la vida y la memoria, hoy es recuerdo aquel mar y es vivencia la hoja dorada del otoño. Pero se conoce que cuando ves un mar o una hoja de otoño, no los vivenciás y nada más. Porque ellos se conectan con otros mares y hojas que antes fueron y ahora ya se acomodaron, se mantiene el enlace, para que eso que ves, no te resulte desconocido, visto y sentido por primera vez. No es nada nuevo esto, sólo intento explicar como funciona. Y el olvido, es la parte en que ignoramos esa piecita de allá o la otra, no es que la saquemos, es como que la matamos con la indiferencia y en algunas ocasiones, ahora que lo pienso bien, las ponemos en otro lado y nos vamos.

domingo, 22 de abril de 2012

¿Hay estrellas?



Levantó la mirada y se dio de lleno contra el cielorraso. ¿Pero cómo?, ¿Dónde están las estrellas?... Nora no pensó, no sabía, que el firmamento dependía de ella, de sus luces, de sus sombras… Abrió la ventana, sacó afuera su cabeza, “tienen que estar”, se decía. Pero no, no aparecen porque sí, se ocultan adrede, se opacan. Sintió el frío en la cara, se endurecieron sus gestos y optó por la tibieza de su cuarto. Cerró la ventana, se acurrucó en su cama, no siempre hay estrellas, pensó, se conformó, cansada.
La luz aparece cuando el alma se ablanda, y ella no sabía si soñar o sólo dormir. Descansa, quita la pena, riega tus sueños, no esquives la belleza, no te duermas tan solo, abraza la ilusión, despeina el tiempo, no te entregues, no te dejes ganar por el letargo, vive también el dormir, rescata la fragancia del día, el rocío, la plenitud del otoño con sus ocres, vívelo!
Cara a cara con la noche, deja que tu mente vuele, déjate crecer las alas, deja que la vida te adorne el cuerpo, déjala, no la destruyas.
Nora no piensa, se deja llevar por el calorcito de sus mantas, está sola, se despereza, murmura algo, ¿un rezo?, no… Pocas palabras le quedan, el día se consumió, la noche todo lo abraza, sentires, esperanzas y conclusiones, todo puede esperar, menos el sueño…

lunes, 16 de abril de 2012

Veredas rotas

Latigazo cintura que duele,
duelen ahí los duelos vivos,
rompen con amor dolido.
Confluyen la pena y el castigo,
la vergüenza y el miedo
las condenas...
Trozos de vidrio roto filoso,
pasiones inconfesas,
heridas provocadas,
insultos proferidos,
catálogo ruinoso azabache,
veredas rotas,
hundidas en la tierra.

Paradojas

Un columpio
para impulsar palabras...
Que se me arranca el pasado
y sangra, no cierra.
No quiero que se acerque,
tiene garras.
Pero no perder más.
Que venga callado.
Sólo mis palabras en columpio,
sanando las maltrechas
baldosas de la entrada.
Tanto andar sin ver lo suficiente,
nunca alcanza duele no se pasa.
Pero no quiero para siempres,
que ganen los olvidos,
paradojas del alma.

sábado, 14 de abril de 2012

Necesito...

Un trampolín hacia tu piel
cubierta de rocío,
mojarme entre tus gotas,
perderme en tu sonido.
Una escalera larga
de esas que sólo suben
para llegar a tu pelo
y trasformarme en tu nube.
Una pala que cave profundo,
hasta el centro mismo de tu pecho,
y colocarme ahí por siempre,
prendida en tus entrañas,
hasta el fin de los tiempos.

Vete!

Un cimbronazo en las ruinas
tus palabras
corazón desconcertado
lo visitas
sólo para ver que late y seguir
trecho
lastre
lúgubre
desaparece fantasma
acá hay vida
sigue tu sombra
arremolínate lejos
deja quieta el alma que resopla
doblega tu cobardía
pobre hombre desgajado
pobre corazón partido
vete lejos que ni tu aroma llegue

miércoles, 4 de abril de 2012

Había una vez...

abía una vez, y había otra. De hecho había muchas veces, así, en plural. Porque nunca es una, se localizan distinto pero todas son veces . Una vez sucede esto con un cómo y un donde, y otra vez lo recordamos en otro cuando y de cierta forma, sucede otra vez. Por eso me gusta pensar plurales, si pienso esto o aquello, pienso en mucho y al pensarlo, simplemente sucede. Ni que hablar de los abrazos o los paisajes. Hay gente que tiene cómos y dondes más sencillos y frecuentes, hay gente que no, que los tiene más complejos y aislados. No sé en qué va. Debe estar relacionado con la sustancia de la vez (vinculado al cómo), y de otras características que la circundan. Capaz que ustedes están leyendo esto tan loco por primera vez, pero como ya lo escribí antes, es otra vez que sucede, cambia el donde y el a quién. Me explico? No me digan que esto está enredado, no será la primera vez, ni la última que me sucede :)

martes, 3 de abril de 2012

No para

Ha pasado mucho tiempo, el tiempo hace eso de pasar y no presentar síntomas inmediatos. Puedes buscar paz, puedes buscar trinos o un prado para descansar tus pies. Los pies dicen a gritos lo que en tu alma duele... buscarás silencio, buscarás un refugio tal vez.
Sientes la cabeza en desfile infatigable, no para aunque protestes, no puede. Tu mano a cubrir el pecho que desborda su latido hacia el centro mismo del dolor. No se calma y te cubres el rostro; te has preguntado qué es lo que no quieres ver, te has quedado en suspenso..., no se puede responder a eso – te dices – convencida. Acaso si escuchas la música puedas contar con ella para salirle al frío, si la dejas entrar en tu silencio, la música tiene eso de atravesarte entera y no dejarte nada igual.
Mujer no mires atrás, no paga el coste, camina erguida y sólo detente para abrazar, sólo mueve los labios para besar, guarda tus manos hasta que puedas acariciar su pelo. Una cosa más... asegúrate de que se sienta, ya que hay preguntas que nunca lograrás responder.