viernes, 26 de diciembre de 2014

Palabras en los ojos

Como una abrazadera ajusta la garganta, la palabra que no sale por no dicha. Tanta palabra ahogada en unos ojos. Yo siempre quise que las miradas hablaran, pero ahora comprendo que no todo el mundo lee miradas. Es un lenguaje que se aprende con mucho ver dentro de otros, con mucho conocer almas, con ganas de entender. Si no hay de eso, no se leen. Al humano a menudo se le pasa desapercibido el buen mensaje, la palabra escondida, el susurro que acompaña unos ojos que sonríen.  Por distraerse, por ir mirando para afuera y perderse los adentros. Pasa mucho cuando te miran sin verte, pensando cosas, otras cosas que no son vos ni tus palabras. Pasa cuando la persona, estragada por unas penas, reconcentrada en si misma, pierde la sonoridad de la vista.
Y es todo un tema, porque el que no dice se queda sin remedio, por pretender absurdamente un avatar que no es posible, que no le sale fácil a la gente.

Me gusta pensar que no es pobreza de espíritu, sólo proteccionismo emocional, porque en definitiva, quien sólo ve sus palabras, queda más conforme con esa versión de los hechos. Padece menos incertidumbres y por falta de intensidad, se cansa menos. Me pregunto qué se pierde? ... Creo que algunas migraciones del alma, algunos entendimientos y saberes, que sólo habitan las miradas de otros y otras que no son uno.
Se puede perder una palabra de amor apretada en dos pupilas, muchos besos incipientes... se puede perder un sentir completo.


Será entonces mejor decirlo todo? No, no lo creo. Los decodificadores de miradas existen, por qué pedir menos?

domingo, 16 de noviembre de 2014

Media luna exacta

Velo que velas, tus ojos en la niebla. Se acomoda la luna en su mitad exacta. Trabaja reflejando sombras en el muro, como un paisaje que se mueve, con chimenea, detalles de mi cuadra. Vuelvo a mirar el cielo porque siempre responde,  brillo que brillas, tus ojos en mi espalda.
Viene hacia mi una melodía, suave a crecer la noche, de mieles y miradas, dormidas, enganchadas.
Deleite de geometría lunar, luna media, lunares en tu cara.
Esta noche tan fresca, invita a visitarla, a latir con ella, temblando en la ventana. Como otras noches tantas, que entraron en tu casa, prodigando caricias y besos en los ojos. Colocando botones de jazmines , muy cerca de tu almohada.
Son esas las cosas importantes, la luna, la noche y tu mirada. El fresco de la calle y de tu risa clara... El romper de los jazmines ayer en mi ventana.


Cuando todo termina, acaso un velo muerde la noche desvelada. Algún jazmín marchito, marrón cae en picada. Ha crecido el pasto y se tranca la ventana. La media luna vuelve, la otra mitad exacta, y ya no encuentra a aquellos que una vez la miraban.  

Se trata de soltar

No puedes detener al mar en la resaca, acaso tu mano retenga granos de arena y algunos nácares. El agua sólo volverá, cuando la marea lo decida.
Puedes retener una hoja soltada por la lluvia, pero al agua no, ella resbalará y luego se evaporará con el sol...
Se trata de soltar, de dejar ir. No vuelvas a encender las luces, deja oscuro el cuarto. Debes dejar de rezagar olvidos, pon a salvo los granos de arena, guarda en un libro la hoja, pero debes respetar el alma del agua y su albedrío.
Algo que la naturaleza enseña, si quieres ver el esplendor de una flor en plenitud de aroma... déjala en la planta, no la cortes.
Comienza a caminar despacio, con los sentidos abiertos y el foco en tu utopía. No pierdas el rumbo, no tienes tiempo que perder,  camina hombre, camina y déjate perder, para aprender del camino, para ser más sabio.

Es cierto que los caminos bordean de nostalgia, asoman flores lila y amarillas, lugares donde te sentiste bien. Pero como dijo Sabina, “al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver”.

viernes, 10 de octubre de 2014

Menguando o creciendo

A la luna le falta un pedacito. No sé si menguando o creciendo, nunca fui buena para esas cosas. Yo la miro y la miro, y no puedo dejar de sonreír. Es lujosa. Las nubes pasan por delante y la dibujan, sombras aquí, luces allá. Pasa una grande, gris metal, la cubre toda. Yo la sospecho sonriente, la nube pasa, y la luna sigue, brillando más. Es como si dijera, “juega conmigo”, me gusta pensar que se divierte. Porque es resabida y ve pasar muchas nubes, de todas formas y colores, se deja pintar, se deja cubrir, pero siempre, siempre, salta a la vista con seguridad pasmosa. Es mujer, no hay duda.

Es eso, la vida tiene sentido cuando hay una ventana por donde entre, imprudente y deliciosa, la luna de nuestras noches, la magia de sus milagros, el permiso de soñar, con nubes que reten luces, con lluvias que mojen narices y por supuesto ojos, y otrosí bocas y orejas... lluvias de agua con luna, lunas de agua con lluvia, de amores que pasan por delante y dibujan, sombras aquí, luces allá. Amores a los que puede faltarle un pedacito, que no se sabe si están menguando o creciendo, pues como dije, nunca fui buena para esas cosas.

sábado, 4 de octubre de 2014

Empujes de sol y viento

Empujes de sol y viento, modelan tu madrugada.
Empujes de mar y brisas, que te erosionan el alma, despliegue bello de arenas derramadas. O algas en la orilla.
No somos, a menos que la tierra nos celebre bajo los pies, que el viento nos despeine la sonrisa o evapore nuestras lágrimas.
No somos, si no hay agua que te limpie y sol que te alumbre el pensamiento, que tueste tu piel y te haga, buscar refugio en la sombra.
No somos, sin no hay abrazos que te estrujen la espalda, si no hay manos tendidas, si no hay charlas.
No somos, si no hay ojos que en nuestros ojos hablen, si no hay bocas, que en nuestras bocas digan.
No somos, si no hay anclas que te paren por un tiempo, si no hay alas que te alejen por otro... Si no hay cometas, si no hay baile y fiesta y regocijo.
No somos en la oscuridad del cuarto, detrás de las ventanas y callados.
No somos sin arrugar sábanas, sin destender camas.
No somos sin mezclar alientos, sin mariposas en invierno, sin frutos en la casa. Porque humanos al fin, tendemos puentes, salvavidas. Bebemos por la boca de otros seres, caminamos con alguien aunque solos.

Que el camino nos oriente, que tu estés cerca y lo ilumines, que el portón suene en la penumbra y sean tus pasos.
Que hagan ruidito las hojas y que te vea venir, un poco chueco. Chueco de amores infundados, por saberte solo y sin tierra, sin mi viento y sin mi agua...
Por sentir tu espalda sin mi abrazo, sin que mis ojos hablen, sin que mi boca diga.


Empujes de sol y viento, para moldearte a mi lado, haciendo juego conmigo, en mi cama y en mi cuarto. Despierta de todo el tiempo en que has dormido soñando, porque yo tengo el sendero para que aniden tus pasos. 

martes, 30 de septiembre de 2014

Estaciones

Yo no te vi en verano. No te miré salir del agua, no te salpiqué la cara.
No estuve contigo bajo el sol ni caminé en tu playa.
Y no dormí en tu cama ni desayuné contigo, no hubo sonrisa, nada.
Yo no pasé mi mano por tu pelo, tampoco por tu cara.
No estuve en tu casa ni en tu mente.
Y no dije tu nombre ni dormida, y no te desperté,
temprano en la mañana.
Yo no te vi en otoño. No pateamos hojas secas,
juntos por la calzada.
No estuve en tus sueños ni en los míos.
Y no sentí en mi frente tu mirada,
no tuve tus besos en mi cuello.
Y no canté en tu oído. No te abrigué, no hizo falta.

Yo no te vi en verano y no dormí en tu cama.
Yo no dije tu nombre ni dormida.
Y no te vi en invierno, y seguiré sin verte.
No importa que el cielo esté gris, ocre o luminoso,

No te veré mañana.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Déjate mojar la cara

Si te enmudece la ira, sal a la calle. No le permitas quietud, avanza contra ella en un mar de preguntas. Por qué vienes? Quién te trae? Qué razón defiendes? Ella tendría que saber, tendría que poder decir donde tiene las raíces, comprobarás que no sabe y no responde nada. Es engañosa y confusa, te remueve el alma y la evapora un poco, con su calor de rabia. Hay que tomarle los puntos y hacerlos suspensivos. Una receta infalible: Descomponer la llama en pequeñas chispas. Sí, tal cual. De esas que no queman nada, que son pura bulla. Porque si te descuidas, con su tenacidad de araña, envuelve todo lo que sale a su paso, teje, en doble línea va entrampando las partes de las cuales se componen tus cosas. Juega con tus portones la telaraña lista para la cacería. Y caza, caza sinceridades y caza besos. Es una predadora, no lo olvides! Te deja especulando odios, sinsabores, trastos viejos. La ira no repara nada, es descuidada y maligna. No sabe dar consejos, no está para eso, dice. Ella sólo viene cuando hay que rematar algo, un pensamiento o un sentir, una vuelta de la vida. Usa su fuerza contra ella, se quedará pasmada, sin saber nada, ni de donde vino esa manta paz que la va cubriendo hasta apagar su llama. Hay muchos lugares donde encontrar con qué tejerla, la manta. Hay fibras de calma en cada hoja, en cada planta, en un abrazo, en dos palabras, por la vereda de tu casa. Si sigues caminando un poco, hallarás más fibras, es seguro. No hay que comprarlas ni mandarlas hacer, ya vienen prontas para disipar rabias. Busca en tu manojo de recuerdos, déjate mojar la cara. Tararea una canción, eso la mata.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Amar sin más ni menos

Que me tomes en tus brazos y me tengas. Que me sostengas de amor y de dolores. Hombre te pido una mirada fija, te pido ojos amorosos, ojos con alma. Que cuando tu boca bese, renueve el ciclo. Que cuando tu mano toque, cambie la piel. Con un espejo en la mano, reflejar todo tramo de pieles, el recorrido,  reflejado en la mano, el recorrido. Tan sólo erizar manos y aledaños, te pido hombre, que le des vuelo a tu amor eterno. Porque la piel se seca, los ojos se hunden... pero el beso, si se queda prendido, te interpelará por siempre.
Amar tanto como se pueda, de esta forma y de las otras... Si lo que tienes para dar es bueno, estarás sembrando flores en un corazón que podrá ser nuevo en primavera.

El amor no lo puede todo, es la gente que ama la que puede, si quiere, amar sin más ni menos.

domingo, 4 de mayo de 2014

Palabras desde el cuerpo

Palabras aterradas te salen por el cuerpo, sin dar noticia quedaron, atrapadas en las células. Eso que se escribió en tu cuerpo, desde antes del origen, te dio el guión que te sostiene o te mutila, lo llevas en la sangre. Los códigos quedaron en algún sitio, decires de otros que te hicieron lo que ahora puedes. Escribieron sobre ti, no te dijeron cómo, tampoco para qué, no lo sabían. Sólo lo hicieron.
A veces hay que respirar profundo y luego dejar caer la cabeza, como si quisieras soltarla, al menos por un rato. Echar los hombros hacia atrás, más livianos...

Sería un separarse imaginario de todo pensamiento, aunque sea paradoja y no se pueda. Porque lo que se torna imposible es por pensarlo, si dejamos al cuerpo con el alma a solas, acaso se pudiera todo. Hasta descifrar los códigos se podría, para entender las risas y los lloros, el dolor que te conmueve, la emoción que te enamora.  Dicen los que saben, que cuando tu cuerpo enferma, está avisando algo, dando alertas, cuidando que las veas y hagas algo. 

jueves, 17 de abril de 2014

De quiebres y sollozos

Pobre alma de quiebres y sollozos. Una esmeralda menos verde, así de raro. Piedra preciosa rasgada en su color, más cristal y menos joya. Seca la sal sin lágrimas posibles, a dónde la pena?.  El amor al descubierto y el llanto sin olvido. Son otros los pechos que suspiran, ajenos susurros de otras bocas, lejos.
Sin pasamanos para trepar la lluvia que salpica, el rostro somnoliento, la nariz poseída por los aromas frescos que allí quedaron puestos.
Una carretera sin líneas pasa cerca, de la esquina aquella, de la ciudad fría.
Fuerte el ruido de trastos que se corren, pisadas, un quejido, que al menos desde acá, se siente apenas, pero el ruido no, es ruido ciego, que no sabe donde pisa y se embarulla. Esparce su tormento y se amortigua, el ruido. Un tramo y otro tramo recorrido, de diferentes ruidos, de piedras y colores y otros brillos... Guijarros a formar cantos rodados, porque falta todavía, no es la hora. El mar traerá lo suyo, hay que tomarlo al vuelo como viene, pulirlo si es preciso.
Fuerte el alma de cresta empavonada, de vueltas de la vida.

jueves, 9 de enero de 2014

Lluvia de enero

Frescor de lluvia de enero enjuagando el despertar del año. Se divierte resbalando despacito por las tejas y da en salpicar mi cara, desde la ventana abierta.
Vino blanqueando la luna y atrapando sus fulgores, traslúcida enredadera. Mojando de cuerpo entero, puso a chapotear ideas, que me salen por la cara, como las ranas de fiesta.
Amaina la lluvia blanca, amaina la pena y vuelve, a platear por un momento, el sentido de mis pasos, que no perdieron su rumbo, sólo se quedaron quietos, para mirarla de cerca.
Como cayendo o volando, hay agua por todos lados, vapores de piedra laja, aroma de pasto y tierra. Agua para a endulzar sales, agua buena a formar niebla.
Dejó de llover muy pronto, dejó de llover temprano. Y los jazmines quedaron, con sed de blancura y perlas. Rapidito las arañas, salen a componer telas, que el agua no se dio cuenta, y las llevó en su vestido, sólo por verse más bella.