domingo, 29 de noviembre de 2015

Una moña a lo vivido

Parada en el camino, sosteniendo mi peso. Repaso las caricias y zarpazos que me pegó la suerte y compruebo, firme, más gruesa la piel acá, remendado acullá. Cada capa de piel, cada remiendo, formando malla, la vida entretejió hilos metálicos y el corazón por dentro, aumentó su tamaño. Ahora voy atándole una moña a lo vivido, paquete bien armado con papel reluciente. Que todo bien merece un lugar de cuidado, alivianando el peso que te hormiguea los hombros y te late en el costado. Hay que dejar las cosas a resguardo pero no llevártelas contigo.
Parada entonces digo, sin hacer balance, porque no tengo ganas y no por no ser sabio hacer de cuando en cuando, unas rayas al libro y revisar los saldos. Sólo no tengo ganas, entonces no lo hago. Miro para atrás tan sólo por cambiar la mirada y para no olvidar cristales que mejoren el resto de la caminata.
Sosteniendo mi peso digo, no por vanagloriarme sino con gran esfuerzo, que a todos nos han retado en un momento con vientos y agua y remolinos. Y bueno, me agarré como pude y aquí estoy despeinada y con algún trapo roto, pero firme y dispuesta a seguir mi rodada. Como venga y como quiera yo modelarla.

viernes, 27 de noviembre de 2015

De amores y de olvidos

Por la noche con la vida, conversando. Con cartas a la vista y algún as en la manga. Ella lo más tranquila como si tuviera, bandida, la baraja marcada. No sé que le pasa, tan segura, tan en otra, superada.
Y yo, tratando de mostrarle, una buena jugada. Ni falta que hace dice, pero cómo no, si te lo debo todo, que no me debes nada, que si, que no, charlatana.
Les juro por la luz, que mano a mano es brava, seguirle la corriente, tomarle la pisada. Y de repente pregunta, quiere saber las cosas, que pasan en su falda. De amores y de olvidos quiere saber la muchacha.
Que el amor es un invento le digo y me mira desconfiada. En serio, te lo digo, un invento del alma. Cuando uno quiere ama, es cuestión de ponerse y hacerlo con ganas.
Y el olvido? Pregunta entusiasmada. Ah, bueno, digo yo, el olvido se decide, él si es una jugada. Por qué? Pregunta difícil, ensayo un pericón con las palabras, Porque lo que el amor escribe, el olvido no sabe borrarlo, tan sólo superpone, capas y más capas. Entonces si alguien, por ejemplo, no siente que le valga, va y dice, esto lo olvido... Y así no más funciona? Sí claro digo yo, canchera, sin torcer la mirada, casi seguro, las decisiones funcionan, cuando ya están tomadas.


viernes, 21 de agosto de 2015

Ruido de palabras

Viene del aire ruido de palabras. Hace unos días ya, ruido de venir camino a casa. Nunca se van del todo, circulan y aprenden, crecen.
Palabras de la vida. Color de palabras pintando esta tardecita de agosto, reflejos, claridad, tibieza... aparecen para quedarse un rato. Compañía.
Música latiendo en mi costado, suenan bien, esas palabras.
Hojas verdes creciendo despacio, también me gustan esas otras.
Alma de palabras que cambia cuando se juntan o separan. Como la gente.
Si nunca dichas ni pensadas, nunca calladas, conjunto vacío.
Pobres aquellas que no llegan a destino y pobre quien las dice o quien las calla.
Bienvenidas entonces, mis palabras de paseo.

viernes, 24 de abril de 2015

El verdor de mi ventana

Con una estatua en el hombro va mi hombre sin plegarias. En su vigilia clarean los ojos de madrugada. Camina solo, pensando, qué credo trae estas aspas, que cortan fiero en la carne de la gente con nostalgia. Sin fe ni más redención que los labios al besarla, le golpea la fatiga, le sorprende la esperanza. De poder tocar su pelo, de sembrar fruta en su palma, de que llueva mucho y largo, para cerrar las ventanas. De poner leña en la estufa y de abrigar sus mañanas.

Olvida, ruego que saques de su candor las tenazas. No la pienses, no la digas, rastrilla de tu consuelo ese verso que te abrasa. No lleves en romería los despojos que te espanta. Si miras por un momento, el verdor de mi ventana, tendrás canciones y flores, y espigas bien enraizadas. Que yo quiero prodigarte, desvelos y madrugadas,  con rostro de amor eterno, de besos acariciadas. Que yo quiero remirarte y cambiarte la pisada, para que vengas muy cerca de mi balcón, de mi cara.


Hombre tengo mil perdones para gloria de tu alma. Te tengo algunas certezas, pocas pero bien rumbeadas, y mil o dos mil cien dudas, y verdes hojas con savia. Acaso no puedes ver, el camino de mi cuadra? No te preocupes ahora, no te preocupes mañana... Yo te espero hasta que alivies, ese peso de tu espalda, yo te espero hasta que llegues, hombre, te espero en casa.

viernes, 17 de abril de 2015

Desperezo

Tiempo y espacio, variables necesarias.
Tiempo para leer las hojas de los árboles, para mirar el cielo.
Espacio, para desperezarse, para desparramar esperas.
Estirar brazos y piernas, con las manos al vuelo, a través del tiempo.

Estirar el tiempo, con los sueños al vuelo, a través del cuerpo.
















martes, 20 de enero de 2015

Secretos y plegarias

Luz de luna llena y cielo negro. Secretos y plegarias, suben como haces de luz, a rozar tu ternura blanca. Amiga de tristezas y soledades, te paseas por el cielo de la noche, avergonzando estrellas presumidas. Acaso por tener luz propia son más sabias?
Las estrellas se caen, he visto algunas, un bello halo las persigue y se esfuma en el infinito. La gente le pide deseos a las estrellas que caen, como si pudieran, mientras vuelan, hacer milagros. No saben que la luna no cae, a ella se le piden las cosas y los demás asuntos que no son cosas.


La luna hace magia, mezcla canciones dentro de la cabeza con imágenes y aromas, los combina, los renueva. Ella traza rutas. Por allí pasan los amores perdidos que siguen su camino ajeno. Caminos perdidos de amores ajenos. Allí van a dar los besos y los abrazos que no se dan los que se quisieron. Como zona de desguace de caricias olvidadas, de miradas que no llegaron a ser. Se reciclan, claro, para nuevos amantes. Apenas una idea tiene la gente de lo sabia y habilidosa que es la luna.