Nunca los árboles están quietos ni tienen el mismo sonido.
Todo los conmueve, el viento, un pájaro que hace nido, un niño que juega con
sus ramas. Del mismo modo, la gente nunca está quieta y siempre suena distinto.
Y suena y resuena, tapando y destapando almas. Es como una corazonada, de que las
personas somos un poco como los árboles, por ejemplo, imaginemos humanos de
hoja perenne o caduca, frondosos o ralitos. Los verdes, vanidosos, no entienden
el desabrigo de los ocres, se burlan acaso de la rama desnuda, sin sospechar
que ella está aliviada. Los pinos están siempre a cubierto y abrigan también a
quien haga falta. Se prodigan desde lo profundo de su mata de hojas sobre la
piel sensible. En cambio los otros, los que quedan desnudos cuando más frío
hace, están concentrados en sobrevivir, en fortalecer su rama, no se distraen
ni para albergar un nido. Cualquiera que sea, es un trabajo duro, y que no vaya
a creer ninguno nadie, que la lleva fácil cualquiera de ellos, árbol o humano.
de Silvana de Lima /// Pretensiones literarias... poesía, relato, cuento corto.
martes, 27 de noviembre de 2012
viernes, 16 de noviembre de 2012
Lo más desnudo del cuerpo
Hay ojos como
abanicos que refrescan el consuelo.
Y hay dos
pupilas enormes de celeste azul rodeo,
que pueden
abarcar todo, y beben por su sustento
de la
sonrisa granate que en su retina hizo asiento.
No viene
solo el atisbo de la mirada consciente,
deja un
cauce pedregoso que tiene forma sinuosa
y arrastra
los enamoros en su sutil derrotero.
Pestañas y
nariz juntos, se abren camino hacia el cielo,
que se
rompe y cicatriza, con un color dominante,
temblor del
ánimo suelto.
Van un
palmo por debajo y otro tanto va en ascenso,
para llegar
a ese punto donde se nace de nuevo,
donde se
peca de ausencia,
la misma
palabra dicha
una vez y
otra vez luego.
Van a parar
a algún río o se quedan con lo cierto?
De susurros
en la oreja, se erizan los preconceptos
y vienen
trazando líneas que suenan con ruido tenso.
Breve la tarde
se enrosca su enredadera crocante,
de sábanas
que nunca cubren lo más desnudo del cuerpo.
domingo, 11 de noviembre de 2012
Sólo momentos
"Creo que te estoy amando por momentos", es una
expresión muy válida. Podemos decirla con total tranquilidad, porque la vida es
eso, momentos de amor, momento de los que sea, momentos. Un chispazo en los
ojos, aunque pase corriendo, la cosa es que pasó. Un abrazo sentido, no importa
si es breve, más apretado o más suave, es abrazo con todas las letras, pecho
con pecho, enlazados de a ratos, diminutos, enormes. Como hoy hace frío, lo
ideal es dormir apelmazados y desconcertados, "robando" de callados
el calor del otro. Y una mano acariciando el rostro?, un despropósito! Por lo
general hace estragos, científicamente comprobado.
domingo, 4 de noviembre de 2012
Adentro de una risa
Hay dolores que nos habitan siempre. Con desparpajo caliente se solazan, desabrochando almas y jugando, por disfrutar nomás de contar lágrimas.
Las penas van cambiando de color y camufladas se te cuelan mil veces a pequeños intervalos, y las ves diferentes, y todas duelen, aunque ya hayan dolido anteriormente.
Pero por muchos que sean los espantos, todos quedan por fuera del adentro de una risa. Hay un abrazo que engloba los espejos sonoros y los cantos del Tero en la campiña. Por tanto hay que dejar, que te aprese y te avise, que allí donde te habitan los demonios, los que duelen de noche cuando se distrae el sueño, hay pinceles de luz y cantos encendidos. Y que una risa puede, si tiene los ojos adecuados, preñar de color tus redomadas penas.
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