Frescor de lluvia de enero enjuagando el despertar del año.
Se divierte resbalando despacito por las tejas y da en salpicar mi cara, desde
la ventana abierta.
Vino blanqueando la luna y atrapando sus fulgores, traslúcida enredadera. Mojando de cuerpo entero, puso a chapotear ideas, que me salen por la cara, como las ranas de fiesta.
Amaina la lluvia blanca, amaina la pena y vuelve, a platear por un momento, el sentido de mis pasos, que no perdieron su rumbo, sólo se quedaron quietos, para mirarla de cerca.
Como cayendo o volando, hay agua por todos lados, vapores de piedra laja, aroma de pasto y tierra. Agua para a endulzar sales, agua buena a formar niebla.
Dejó de llover muy pronto, dejó de llover temprano. Y los jazmines quedaron, con sed de blancura y perlas. Rapidito las arañas, salen a componer telas, que el agua no se dio cuenta, y las llevó en su vestido, sólo por verse más bella.
Vino blanqueando la luna y atrapando sus fulgores, traslúcida enredadera. Mojando de cuerpo entero, puso a chapotear ideas, que me salen por la cara, como las ranas de fiesta.
Amaina la lluvia blanca, amaina la pena y vuelve, a platear por un momento, el sentido de mis pasos, que no perdieron su rumbo, sólo se quedaron quietos, para mirarla de cerca.
Como cayendo o volando, hay agua por todos lados, vapores de piedra laja, aroma de pasto y tierra. Agua para a endulzar sales, agua buena a formar niebla.
Dejó de llover muy pronto, dejó de llover temprano. Y los jazmines quedaron, con sed de blancura y perlas. Rapidito las arañas, salen a componer telas, que el agua no se dio cuenta, y las llevó en su vestido, sólo por verse más bella.
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