domingo, 6 de mayo de 2012

Juego: Cadáver exquisito, autores varios.


Tenía que estar bien al fondo y sin embargo emergía...
Aunque bien pensado, nada que empieza te avisa, quedan algunos brazos colgando, porque no todas las noches son de abrazos y no todas las vidas son de amores. Hay jardines que no van a volver a ver la luz.
Hay también algo insondable en el alma humana: cualquier viaje hacia su centro tiene inconvenientes. No existe brújula adecuada que conduzca hasta allí de forma segura. Viaje interminable por rutas desconocidas.
Ante la ficción de la partida inevitable, es imposible no sucumbir a la tentación de volver y hacer presente el pasado. Pasado de viajes infinitos que conducen siempre al centro.
Aunque no hay espejo que refleje el silencio absoluto, se dijo ella, y no intentó darle forma a eso. Sólo podría lograr, con esfuerzo, una especie de humo, algo difuso, que la atravesara y siguiera camino, dejándola en pantuflas por la vida.
Entonces fue al galpón, encontró un eje de rueda bastante pesada y una cuerda resistente. Ató todo las ganas de vivir para que regresaran y pudieran ayudarla a encontrar el camino menos peligroso a casa.
Una casa que cobijó el bien y el mal, la tristeza y la alegría, el dolor y la felicidad, un lugar donde los afectos se cruzaron en un entramado de luz, presente y pasado que no se volverían a repetir porque ella, ya no encontraba el camino para emerger.
Y se hundió. ¡Por fin se hundió!
Los recuerdos tormentosos se mezclaron con sus sueños como gotas de lluvia en cualquier  tejado. Nada podía hacer más que intentar despertar, pero se le hacia imposible.
Todos esperaban de ella su máxima atención pero no había brújula posible. Su cansancio la había dejado tirada en un sueño interminable. Hay jardines que no van a volver a ver la luz...

Autores: Claudia Olivera, Camila Godoy Gutiérrez, Nancy Graciela Nasr, Rosa María Fiocchetta, Juan Terra, José Luis Perera López, Silvana Magda de Lima.






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