lunes, 7 de mayo de 2012

Nada avisa...



Bien pensado, nada que empiece te avisa, nos quedan algunos brazos colgando, porque no todas las noches son de abrazos y no todas las vidas son de amores. No nos avisa un sueño, cuando conquista espacio. Se va tramando como puede, enlazado al contorno de tu cuerpo. Provoca acaso estridencias que perfectamente pueden pasar por realidad a tus ojos, surgida de la nada. Pero es tu sueño, que pide aire y se infla, enlazado a la vida. Nada que termine te avisa, te das contra el final con paso firme. Aunque lo hubieras buscado, nunca sabrías que ahí está, que es ese. Y quedan párpados mustios de mirar soledades... bocas secas, manos de felpa.

Puede que hoy, tengas en tu pecho jazmines, como si fuera diciembre. Y puede también que no, que se haya quedado marrón el último y al verlo caer te digas, “seguro florece otro”, y no florezca.
El ser humano no puede, saber a ciencia cierta cuanto va a durar encendida la luz en su jardín. Y no sólo la del sol, cualquiera que ilumine. Porque no todas las sombras están previstas, y las que intuyes... tampoco avisan.
Hay cosas más allá de lo que vemos, hay noticias que no llegan y no por eso se detienen. Hay momentos en que disfrutas tu vergel a pleno, sin preocuparte de por cuanto. Pero también es importante, tener en cuenta que no todos los amores cobran vida, y que hay jardines que no van a volver a ver la luz.


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