
Colgada del
pincel y sin custodia. Así estarás el resto de tu vida. Parada sobre el mundo y
casi en cueros. Capaz de todo poderío y todo ayuno. Si tratas de cambiar el
color puedes hacerlo, si tratas de llegar y quedarte, sólo pruébalo.
Colgada del
pincel pero contenta. Aún restan temblores por tenerte, de dolor que rompe el
aire, de amor que parte el cuerpo, de risas que desbocan los párpados abiertos.