
Parada entonces digo, sin hacer balance, porque no tengo ganas y no por no ser sabio hacer de cuando en cuando, unas rayas al libro y revisar los saldos. Sólo no tengo ganas, entonces no lo hago. Miro para atrás tan sólo por cambiar la mirada y para no olvidar cristales que mejoren el resto de la caminata.
Sosteniendo mi peso digo, no por vanagloriarme sino con gran esfuerzo, que a todos nos han retado en un momento con vientos y agua y remolinos. Y bueno, me agarré como pude y aquí estoy despeinada y con algún trapo roto, pero firme y dispuesta a seguir mi rodada. Como venga y como quiera yo modelarla.