Plomo puro curva la espalda
Ruge el silencio en la casa
Clava la cruel espina su filosa daga
¿Puede el suplicio detener su gancho?
¿Puede la espina soltar la carne atada?
Atadas las palabras al dolor enorme
Se gritan solas nadie las calma
Corren arriba resonando lunas
Zumban en medio de la nada
Cierra por piedad esa garganta
Que duele mucho la umbrosa fachada
Mudez encerada de la inútil puerta
Tronchada la luz de tu gentil ventana
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