Dicen que el pasado no se puede modificar, que lo hecho, hecho está. Que hay que mirar hacia adelante… Yo he pensado en eso y voy a discrepar. Nosotros podemos modificar nuestra percepción del pasado y quién nos podría discutir?. A lo malo, le sacamos las espinas, a lo bueno, lo llenamos de volados. A lo que no pudo ser, le sacamos pasaje de ida y a lo que fue, lo podemos celebrar. Podemos cambiar radicalmente lo que recordamos, podemos ahuyentar lo que molesta, somos hacedores de nuestros recuerdos. Cincuenta años es mucho tiempo y es un segundo… y cuando revisamos, seguro el balance es positivo. Porque estamos vivos, porque lo posible depende de nosotros. Esas luchas que queremos dar y las que decidimos abandonar, son decisión nuestra! No se deben deshojar margaritas pues es una agresión gratuita a la naturaleza. Me inclino más a disfrutar mirándolas, como al resto de las flores que llegan con esta nueva primavera rezagada. Vuelven la miel y las abejas, el viento y las pelusitas de los árboles. Volvemos a agradecer el sol y el regalo de la luz. Volvemos a mirar la luna en el atardecer y a conversar con ella.
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