Velo que
velas, tus ojos en la niebla. Se acomoda la luna en su mitad exacta. Trabaja
reflejando sombras en el muro, como un paisaje que se mueve, con chimenea,
detalles de mi cuadra. Vuelvo a mirar el cielo porque siempre responde, brillo que brillas, tus ojos en mi espalda.
Viene hacia
mi una melodía, suave a crecer la noche, de mieles y miradas, dormidas,
enganchadas.
Deleite de
geometría lunar, luna media, lunares en tu cara.
Esta noche
tan fresca, invita a visitarla, a latir con ella, temblando en la ventana. Como
otras noches tantas, que entraron en tu casa, prodigando caricias y besos en
los ojos. Colocando botones de jazmines , muy cerca de tu almohada.
Son esas
las cosas importantes, la luna, la noche y tu mirada. El fresco de la calle y
de tu risa clara... El romper de los jazmines ayer en mi ventana.
Cuando todo
termina, acaso un velo muerde la noche desvelada. Algún jazmín marchito, marrón
cae en picada. Ha crecido el pasto y se tranca la ventana. La media luna
vuelve, la otra mitad exacta, y ya no encuentra a aquellos que una vez la
miraban.
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