Tiene
dendritas la noche que parte la espalda. Que te ame, que te mime, que me quede.
Y no se puede dejar de pensar ni de reír, ni de sentir se puede, dejar...
Venganza de la luna por desobedecerla, por amar con sol, con total
indisciplina. Pelo en tus ojos la sonrisa lame. Voy a vivir y vuelvo, que no se
asiente el vaso, llegaré en breve. Si me abrazas, quemaré las ramas que van
quedando secas. Si me sueltas, andaré como una cría desesperando lloros. Me
quedaré, encinta de silencio, apabullada. Que no es amor te digo, que cosa! Que
veo la noche venir y calladita. Venciendo el sortilegio de la almohada, puedo
cerrar los ojos y la boca, las orejas atentas al ruido que me trae. Por si tus
pasos, por si fuera. No sé de largos plazos, no tengo ese saber ni tu mirada,
ni tu sonrisa. Nada, cataplasma de paciencia, mientras no pueda acariciar tu
risa. Voy a vivir y si no vuelvo, será que me atrapó la cerca de unos brazos, o
simplemente, me ganó la ausencia. La boca seca, la mirada fija.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios me ayudan a aprender