Clara piensa… “debería llover más seguido en este patio”. Y sueña… cuando hace calor y llueve, ella sueña.
¿Cómo sería verlo mojado de lluvia? La camisa pegada al cuerpo y el pelo chorreando agua… ¿Cómo ella, empapada, iría a su encuentro? Para mojar con besos aún más su rostro tierno. Allí ve la escena, en el patio con Alegrías desparramadas por la lluvia, con caracoles y lombrices, yuyos y un escalón para contar secretos. Que siga lloviendo, que no pare, el agua que cae del cielo es bautismo para los amantes, los nubarrones, cómplices escandalosos. Y hay que estar atentos, siempre puede caer algún rayo, ojo con eso! Los rayos que caen así, en un patio con dos abrazados, son de cuidado.
Uy! Qué pena, paró la lluvia… algo se rompe, un tema se queda sin argumento, un silencio monolítico. No desesperes niña, todavía habrá muchas lluvias para alimentar tus sueños, y camisas mojadas y besos dulces y abejas…que morirán de envidia!