viernes, 7 de agosto de 2020

Micros

 

INESPERADO
Algo está sucediendo. Alguien le sucede. Fue una sonrisa que le pasó cerca. Un perfume que lo levantó en el aire. Y allí quedó suspendido de anhelo. ¿Qué es eso de devorar el celular destripando el correo? ¿Qué es eso de revisar veinte veces el WhatsApp para ver si está en línea? Esto es ridículo, se sermonea. Que le venga a suceder a estas alturas que se le acaramele el alma pasados los cincuenta. ¡Haberse visto!, tironeado del jopo por una sonrisa, temblando como adolescente por una fragancia. Y ella con ignorante desparpajo le dice, - Che, ¿salen unos mates en la rambla? - (Maldita -no le digo nada- que no se entere- por qué tiene que ser tan única) – Bueno – responde sumiso. Pero cada uno lleva su mate, ¿eh? Mirá si nos pegamos el bicho.


RE LOCA

Algo está sucediendo en su hombría. Ella le dijo que le gustaba, que quería conocerlo mejor. Ella le mandó un mensaje, lo invitó a tomar un vino. Él no estaba preparado para eso. Siempre tomó la iniciativa, primero las sopesaba bien, las escuchaba, disfrutaba sintiendo el impulso del empiece. No le contestó el mensaje, no supo o no quiso. Y se quedó pensando lo linda que era.
Ella siempre estuvo como en un escaparate, diciendo no, tal vez, bueno. Le decían que era ella la que elegía, que el poder lo tenía ella porque podía optar. Y se lo creyó. Un día se sintió re loca y lo invitó, ¡qué tanto! Le gustaba, quería saber cómo era por dentro y por fuera, quería probarlo. ¿Qué tiene de malo?
Él le clavó el visto, pero nunca respondió. Sintió vergüenza, no le gusto, ¿quién dijo que las mujeres podemos elegir?


EN CASA

Una luz te distrajo y dio por tierra con el gris marrón de tus inviernos. Esos que habitaban tu silencio, esperando malvones de belleza simple.
El sol te permitió ver los frentes de las casas, iguales a los de tu infancia. La luz atravesó tu tiempo, tus vivos y tus muertos, y te roseó la cara. Se te colaron primaveras sepultadas en pasillos, donde alguna vez te erizó la nuca mi roce descuidado.
Después se encapotó, detrás de tu mirada, asomó una nube rancia y deseaste estar en casa. Cerradas las cortinas, se tornó amigable la humedad del patio, las baldosas reflejaron voces lejanas más no mudas, voces que pasearon a tu lado, lloraron tus recuerdos. De tu piel asomaron los vapores, caireles de tu alma, adornaron tu rostro las caricias, tu boca por mil brisas tan besada.


UN REGALO INESPERADO

Ahora que no hay jazmines en el frente ni parras en el fondo. Ahora que los escalones sostienen otros cuerpos, sólo queda un rastro de ternura. Tenían que decir adiós y les costaba, conocían el camino y a gatas lo siguieron. Cicatrizaron lunas de cerveza y risas, de lágrimas inocentes.

Pensar en los otros, el dolor les ganó el alma. En la esquina se quedaban los focos que iluminaron su mirada efímera. No podían seguir sin terminar, lo inevitable. Sólo retuvieron una pizca de ilusión, un regalo inesperado de la vida. Y amaneció de golpe, no pudieron enterarse de sus propios latidos, o tal vez sí, y por eso mismo decidieron no profanar la pureza del momento inadecuado. Las cosas que valen la pena, son las que dejan brillos permanentes. Y casi sin tocarse, se dijeron hasta la vista, qué suerte, qué macana.


HIJA

Por cada vez que llores, tendré una caricia pronta. Por cada pesadilla, un abrazo fuerte. Por cada miedo un cuento, por cada herida una pomada mágica. Te voy a cantar todo mi repertorio para que duermas, te voy a enseñar a cantar conmigo, mientras se te sale el puré de frutas por los cachetes.

Un abanico gigante para tu sopor, dos ojos y el alma para vigilar tu sueño. Y no estaré tranquila hasta conocer tus mañas, y no voy a rezarle a nadie, ni te voy a inventar un cielo. Hija mía, por cada dedo de tu mano me ganará un milagro, por cada balbuceo tuyo una sinfonía.

Y cuando crezcas, por cada desengaño, tendré una esperanza , por cada dolor, un lugar donde acurrucarte. Te puedo prometer que, por cada cosa que logres o padezcas en la vida, yo estaré, lejos o cerca, celebrando o consolando, según sea necesario.


DEL DOLOR Y LA BELLEZA

Para Miguel Hernández


Por cada vez que golpea la reja tras su espalda, Miguel sangra sus amores desde su pecho enfermo.

En su condena, canta a su niño y a su amada. Triste, desolado el oriolano, por saber de las penurias de su nido y de su pueblo. Treinta años y una lucha por delante, 30 años y la muerte que lo acecha. Miguel no puede ver a su cría cortando dientes, pero los imagina “jazmines adolescentes”. ¿Cuánta ternura en el cuerpo se necesita para dolerse así, para hacer del dolor una matriz de belleza?

Seguro no quiere morir solo y de ojos abiertos y tal vez por eso, Migue Hernández, el pequeño gigante, “sangra, lucha y pervive”, para quedarse con nosotros para siempre.


LA ABUELA

Érase una vez una abuela con cocoa a la salida de la escuela para sus nietas. Al jubilarse, tejía como loca, para afuera y para adentro. Era sabia y generosa, sólo sabía lograr. Mientras tejía con una o dos agujas, contaba cuentos de princesas y guisantes, de ricos y pobres. Con las mismas manos que tejía, plantaba su quinta, hacía mimos y acogotaba gallinas para el caldo. Mientras metía la gallina en agua hirviendo y la pelaba, le decía a la niñas, ¡una prepara el alcohol para quemarle los pelos y la otra va preparando el mate que está por llegar su madre!¡muevan, muevan!
Era frondosa en sacrificios mudos. Un día su cabeza se voló y andaba preparando el bolso para irse con Albérico, su amor. La hija lloraba pero las nietas no. ¡Es mejor así mamá! Borró sus dolores y va a morir contenta.


miércoles, 8 de julio de 2020

Palabras en la panza


Hay palabras que se quedan trancadas en la panza. Como recorrieron un trecho desde que fueron leídas, ganaron carrera y llegan con toda la fuerza de lo bello, esparciendo su onda en anillos temblorosos por los costados y hacia el centro del pecho. Son inesperadas y por lo mismo, te dejan la sonrisa boba y te traen de nuevo el rubor adolescente. Ah, la vida. Esconde en cada recoveco una sorpresa, bajo la pata de la mesa, en la ventana del lavadero, en la vereda con caries de baldosa.
Hay palabras que tienen colores a tus ojos, y te das cuenta que, por más que pasen los años, te siguen conmoviendo como si tuvieras 20. Y es que el alma no sabe de cronologías.

lunes, 29 de junio de 2020


ATARDECE
Ahora que no hay guitarras en la noche, ni noctilucas para mirar desde esa roca. Ahora que tenemos más vida por detrás que por delante, una nube rosada y gris que atardece, me vuelve a traer tu nombre. No nos cabían en el morral tantos sueños, me llevabas sobre nubes en la moto y yo abusaba gustosa del abrazo para no caer del cielo.
Ahora que no hay primeras veces, ni vergüenzas, ni te quieros, el sol termina de meterse y tu nombre se va desdibujando, no puedo sumarle más de cuarenta años, lo dejo allí, en su sitio de mi historia. Casi no hay rastros, sólo un poema que atesoro, escrito en una hoja de cuaderno, con los dobleces amarillos.

PERRO MALO
Con el sol que no se anima y la luna detrás del toldo gris, el frío se apodera de todo, Las manos duelen, la nariz roja y el gorro lleno de agujeros, los pies helados, Viene algún recuerdo que no se sabe bien de dónde sale, o tal vez fue una imaginería, pero aparece como rasgando la soledad. Es un rostro dulce, una mirada de mujer que sale de la nada. ¿Habrá sido esa mirada tierna? No le importa si fue, le importa que por unos minutos, algo bueno le desarrugó el alma. Vuelve el frío, la conciencia del entumecimiento y lo duro de la vereda, Ah, si tan sólo pudiera zafar por diez minutos del olvido. No tiene miedo, no siente nada. Le acercan un plato de guiso y despacio lo va comiendo, como por inercia. Come un poco y da un silbido, el Pulga no viene. Perro desgraciado, a dónde te fuiste, y yo acá guardándote guiso!

PRIMERA VEZ
Uno a uno desabrochaba los botones de la blusa, demorándose, anticipando el goce. Él la miraba estupefacto, tanto desearla y ahora estaba allí, frente a él, esa piel soñada. ¿Qué hago?, preguntó. Y ella sonrojada le dijo “dejate llevar”, y se fue acercando despacio como una gata. Al tenerla tan cerca al muchacho se le escapó un manotazo directo al escote mientras con la otra mano acercaba con premura su cara a la de él. La muchacha reculó asustada, ¿No era que no sabías, pedazo de bruto?, ¿No era dejate llevar? repreguntó él.

ESPERA
Uno a uno los días de la espera se desgranan empañando la ventana. Se le va diluyendo el ánimo, se le descose el alma. Tendida sobre la cama, el llanto le refresca la cara y no hay ruidos más allá de sus propias vísceras. Una y otra vez el miedo irrumpe voraz y con los ojos como platos se arruga sobre sí misma, se sienta en la cama y baja la cabeza, alivio.
Amanece una vez más, hay noticias en la radio, fue encontrado muerto y un grito se queda atascado entre pecho y espalda.
Ya la ventana no sirve de nada, ni la cama, ni todo su dolor inútil.
Sin lágrimas ya, uno a uno pasarán los días mientras el duelo roe su cicatriz enorme.

DESATADO
Más vale así. Sin despedidas con mocos, sin palabras que duelan. Salir despojado cortando el viento, firme el paso, liviana el alma. Alejarse silbando como si no doliera. Pensando que lo hecho no puede cambiarse, confiando en el tiempo para cambiar la mirada. Respirar, sentir el frío, sentirse desgraciado y disfrutarlo. Dejó una nota en la heladera, "Me voy tranquilo, seguí durmiendo, yo desperté temprano".

sábado, 6 de junio de 2020

Pulseada


El lugar de la tristeza es el costado del cuerpo.
Claro que no está sola, a veces la opacan unos brillos que te alisan el rostro, te erizan la piel y el alma. Momentos, en los que las demás emociones se apretujan para poder estar todas a la vez sacudiéndote, armando escándalo, porque así son ellas, puro movimiento dentro de tu cuerpo que late.
Cuando eso pasa, la pena se agazapa esperando jugar su papel, sabe que de un momento a otro, volveremos a ella.
A veces se desdobla y camina a nuestro lado sin tocarnos. Pero nunca se va lejos, confía en sí misma, sabe que en cualquier cruce la jugada será suya. Ella es poderosa porque ni el amor la desbanca, ni la alegría ni el placer, ni la ternura.
No tiene una distribución normal en la vida, porque como toda emoción, hace lo que quiere. No pide permiso, es irreverente, no se le dan bien las normas ni los límites.
Lo mejor que podemos hacer es respetarle su papel, dejarla expresarse y calibrarla, porque si la dejamos hacer, sola va gastando su fuerza y perdiendo la partida con otra, de las tantas y tantas que nos habitan.


sábado, 30 de mayo de 2020

Microrrelatos IV


DESATADO

Más vale así. Sin despedidas con mocos, sin palabras que duelan. Salir despojado cortando el viento, firme el paso, liviana el alma. Alejarse silbando como si no doliera. Pensando que lo hecho no puede cambiarse, confiando en el tiempo para cambiar la mirada. Respirar, sentir el frío, sentirse desgraciado y disfrutarlo. Dejó una nota en la heladera, "Me voy tranquilo, seguí durmiendo, yo desperté temprano".


INGRATA


Flaco favor le hace Braulio a Pedro presentándole a Clarita en el Euskaro. Ella lo vichaba desde la barra. La cosa es que viene Borinquen y Clarita quiere bailar con ese flaco que no la saca. Allá va Braulio, por darle gusto a ella y le dice, “Pedro, la de amarillo quiere bailar contigo, pero ojo que es mi amiga, si te hacés el vivo te la ves conmigo”. Pero no se la vio con él, sino con ella. Va y le sacude las caderas, lo revolea por la pista y se lo come con los ojos. El pobre queda pasmado y cae en desgracia, porque a Clarita, después de la Borinquen, le cabeceó Martín, que baila como los dioses.

CREENCIA

Si tanto quería, hubiera debido poder. Me lo digo y me lo repito frente al espejo. Yo me tranco en el quiero. Cuando era chico, me dijo una gitana que iba a llegar a viejo porque tenía ojos buenos.
Mi abuela decía que el mundo no era de los buenos sino de los poderosos. Y yo no me quiero comer el mundo, pero a veces, querría poder un poco más. No quedarme en el intento. Mi madre decía que yo no iba a poder y mi padre estaba de acuerdo. Nunca me atreví a cuestionarlos, y para mí, se me quedó prendido eso de querer y no poder, creo que para siempre.

DECLARACIÓN

La cuestión es que su planteo es transgresor, jovencita. Usted puede creer que cualquier cuestión que se le ocurra puede ser aceptada por la Comisión, y eso es cuestionable. Si no retira la pancarta del hall, nos veremos en la obligación, de presentar denuncia a las autoridades. Por favor, no me mire con esa cara de desparpajo, ya que me siento cuestionado en mi profesionalismo. Además, señorita, hay cuestiones y cuestiones, y la suya, francamente... A los copropietarios no nos interesa lo que usted haga o deje de hacer. Tampoco nos interesa SI usted ama a Seba del 7C, así que, saque el cartel y toque timbre al joven en cuestión. 


sábado, 2 de mayo de 2020

Microrrelatos II


17/04/2020
ESTANTERÍA

Sabe, pensó Clara. Cambió su comportamiento. Lo miro y sé que sabe, y que además, sé que sabe que yo sé que sabe. Y sigue pensando, dar el salto, desarmar la estantería, ¿dar un Clarazo y empezar de nuevo?, no sabe, mucho dolor, y los gurises, y más de 20 años, y la casa…
Cuando Mario llega, la saluda sin estridencias, interrumpiendo sus pensamientos. ¿Cómo fue tu día?, le pregunta y ella dice, “Todo tranqui”, y aún sabiendo ambos, se besan en la mejilla. Porque capaz que más adelante, cuando los gurises sean más grandes, piensa ella. Porque seguro se le pasa, y en poco tiempo todo vuelve a ser como antes, piensa él.


21/4/2020
HARAM

Cincuenta y tres latigazos, (a menos que muera antes). Los ruegos gritan desde esa mujer desesperada de dolor. Mientras el verdugo cumple su deber, la multitud arrecia, disfruta, insulta. La carne desgarrada deja de doler, la mujer calla. De a poco la gente se calma, alguien piensa en voz alta ¿Ponerse pantalones? No puedo creer que esa sea la causa. Su casera le responde que no es fácil entender el Corán para los occidentales, pero que así es la ley, y está para respetarla.


23/04/2020
ESTADO DE ALERTA

Cincuenta y tres bien llevados, quedo mejor vestida que desnuda, pensó. Todo cambiaba, desde la coronilla a la punta de los pies. ¡Fuera pensamientos peregrinos! Todo el día entre cremas y afeites. Dio su toque al living y al cuarto. ¡La luz! Puso pañuelos en las veladoras. Revisó la casa, todo impecable.
El timbre, subí, el corazón se acelera, pero ¡no seas pelotuda mujer!, si pasaron 30 años para vos, también pasaron para él. Abre la puerta, él la mira con ojos tibios y al sonreír se le vuelven a hacer los pocitos en las mejillas. Sin previo aviso le planta un beso que la despatarra, y a plena luz le dice: “El mismo sabor que recordaba”.


26/04/2020
TRANSGRESIÓN

La cuestión es que su planteo es transgresor, jovencita. Usted puede creer que cualquier cuestión que se le ocurra puede ser aceptada por la Comisión, y eso es cuestionable. Si no retira la pancarta del hall, nos veremos en la obligación, de presentar denuncia a las autoridades. Por favor, no me mire con esa cara de desparpajo, ya que me siento cuestionado en mi profesionalismo. Además, señorita, hay cuestiones y cuestiones, y la suya, francamente... A los copropietarios no nos interesa lo que usted haga o deje de hacer. Tampoco nos interesa que usted ama a Seba del 7C, así que, saque el cartel y toque timbre al joven en cuestión.

jueves, 23 de abril de 2020

Estado de alerta



Cincuenta y tres bien llevados, quedo mejor vestida que desnuda, pensó. Todo cambiaba, desde la coronilla a la punta de los pies. ¡Fuera pensamientos peregrinos! Todo el día entre cremas y afeites. Dio su toque al living y al cuarto. ¡La luz! Puso pañuelos en las veladoras. Revisó la casa, todo impecable.

El timbre, subí, el corazón se acelera, pero ¡no seas pelotuda mujer!, si pasaron 30 años para vos, también pasaron para él. Abre la puerta, él la mira con ojos tibios y al sonreír se le vuelven a hacer los pocitos en las mejillas. Sin previo aviso le planta un beso que la despatarra, y a plena luz le dice: “El mismo sabor que recordaba”.