sábado, 9 de junio de 2012

La noche y el frío


Voy por una manta para abrigar la noche. Viene cayendo despacio y muy callada. Está temblando junto a la ventana. El frío la encontró y no la deja, se le quedó pegado y ella, no se bien por qué, no se lo sacude. Será que no le molesta porque lo conoce largo?. Cuentan que se encontraron por primera vez en descampado y se amaron con locura por un tiempo. Pero la gente dice muchas cosas, que el calorcito de verano también la ama, que en realidad no tiene amores... Y yo sonrío pensando que, a lo mejor, la muy presumida coquetea con ambos, apostando a que no se encuentren. Flor de pilla. No va a serlo? Ella es sabia y protege todos los resbalones que va dando la gente.
Ella da cobijo, lo hace porque es madre que ha parido cien mil veces y otras tantas ha entregado sus hijos a la vida. Claro, es amiga de la luna y así cualquiera se anima a soltar los hijos, sabiendo que están en buenas manos. Ahora me quedé pensando... será necesario abrigarla a ella? No sé, yo creo que sí, la veo que tiembla, hace cristalitos en la ventana, como queriendo llamar la atención. Porque por ahí la pifiamos, pensando que ella es grande, que no necesita nada, que se las arregla sola y vaya uno a saber! Mirá si en serio está helada y necesita abrigo?

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