sábado, 16 de junio de 2012

Cartuchos de silencio

Cartuchos de silencio dispara la soledad que pellizca el alma. El alma del que espera tiene varias lesiones. Algunas son de frío que corta, otras de espinas, unas más leves y otras más profundas. No se notan en la piel, hay que mirar por dentro, dandole vuelta el cuerpo al que sufre, rebobinando luego. Hay que mirar a los ojos para descubrir los parches, se ven en los pliegues de los párpados y un poco en el tamaño de la pupila. Puede una mueca a veces darnos pistas, porque es frecuente que no pida ayuda con palabras, porque no se las sabe o las olvidó. “Te necesito” no sale fácil. Se tranca en las astillas de la persiana, o en la verja se queda. Yo he visto esa expresión colgando de algún dedo. Y no es de adorno que la usan ahí, es que se resbaló y quedó enganchada. Hay otras que también se trancan, vaya a saber uno dónde y por qué, “Sos importante para mi” es otra que no sale. Puede que esté muy a gusto, abrigada en una cabeza y se pregunte, para qué salir? Si hace frío afuera y capaz me congelo y no me escucha nadie. Estas expresiones son precavidas o distraídas, yo creo que las asusta caer en saco roto y romperse la crisma. Por eso las entiendo. Hay gente, que de tan cautelosa no dice ni “buen día”, y eso que esta expresión es fácil y cotidiana, pero no dicen. Les parecerá simple y estarán buscando otra expresión más elegante. Es gente que no sabe, que un alma pellizcada, sólo necesita un par de ojos tiernos, una boca que diga “Me haces falta”, y acaso una mano que tome la suya... Y salir a caminar por ahí, contando baldosas y esquivando charcos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios me ayudan a aprender