viernes, 22 de enero de 2010

Efectos colaterales


El ambiente es antiguo como antiguos son los merodeos del hombre y la mujer.
El piensa: (…)
El dice: Yo no estoy enamorado de vos…
Ella piensa: (Si dijeras otra cosa pensaría que estás loco)
Ella dice: Yo tampoco estoy enamorada…
Ella piensa: Pero me gustaría, debe ser lo más lindo que hay estar enamorada. Ojala me volaran mariposas en la panza mientras voy a tu encuentro, ojala me hicieras temblar de impaciencia esperando tus señales, ojala te sienta cuando no estás...
El dice: Perá que te voy a explicar porque las cosas no se qué, no se cuánto y los procesos y en cierta forma yo…, calculo que hay algo del orden de…, que de alguna manera te sorprende y en realidad yo, teniendo en cuenta eso y lo de más allá simplemente me siento cómodo contigo…
Ella piensa: Ay, ¡qué tierno! como se rompe el bocho para poner en palabras lo que le pasa, porque ni sabe lo que le pasa y qué cuidado pone en no decir nada que a él le parece que la pueda lastimar, porque la quiere un poquito bastante ya, aunque no la ame y tal vez nunca llegue a amarla… ni ella a él.
El es un poco boca sucia, pero a ella le encanta que le hable como camionero de vez en cuando, también le gusta cuando se pone serio y cuando se ríe con toda la cara y hasta las orejas, ella piensa: “me lo como todo”.

Caminan de la mano por la vereda, ella pensando en los mandados que hay que hacer, lo tarde que es! y qué difícil separarse!
“Querés otro café??” dice él, mmmsssiiiinnnooo dice ella y piensa (atenta a las señales): si quiero y dice “Sí quiero” como frente al altar.
Y suben a un rincón de novela con temperatura elevada de base entonces se miran con picardía y él se desmadeja en un silloncito… Los ojos de él se posan en ella y casi sin proponérselo invocan a la Diosa. Ella se empieza a desabrigar y lo mira… el “otro yo” se le sale de la vaina por cubrirlo de besos, en cambio mira distraídamente la carta sin atinar a decidir entre café largo, corto, con licor o con nueces, de comer nadaaaaaa, plisssss! Ahí mismo ella se da cuenta, ¡esto es “in situ” y a la vez inusitado! que aunque se parezcan las expresiones no significan lo mismo. Él le desliza una mano por debajo del pantalón y le acaricia un pedacito de pierna… Ella siente que le corre un chucho, ¡qué guacho que sos, quedate quieto! dice ella y piensa “tocame aunque nos lleven en cana”… Hablan más los cuerpos que las bocas en ese momento. Luego de un rato, él se pone de pié para abrigarse y ella lo escanea… mmmmm..., te pelaría acá mismo piensa y en el bar lo toma por asalto y lo besa muy pero muy, da media vuelta y baja por las escaleras sin mirar atrás…
Vaya a saber que piensa él, ella no sabe porque sólo siente y piensa cada vez menos.
A fumar por Dios esto es un caso de sobretemperatura y hay que hacer algo, una cosa o la otra pero algo! Salen de la mano, él prende un cigarro atrás del otro y ella un poco menos.
Hacer las compras, ella busca, él busca, ella no encuentra pero él sí y contento dice “allá están las cosas de tocador, debe haber cepillos”. Claro, porque ella tiene que llevar a casa por encargo, un cepillo de dientes, hilo dental y un paquete de galletitas y ya que está compra leche porque se acuerda que queda poquita en casa.
Ella ve un taxi y lo para por impulso y a sabiendas de que si lo piensa no se va, huye despavorida con un piquito apurado y el le dice “cuidate” y ella le dice “vos también”…
Así empiezan a transitar el goce de un nuevo vínculo, Suena el MSN a la 1 y media de la mañana mientras ella escribe algo sobre efectos colaterales… “toc toc” le dice él, ella siente algo lindo sin explicación y le “abre la puerta” como si lo hubiera estado esperando (y se da cuenta que a lo mejor lo esperaba), él entra y se queda un rato a charlar hasta de los chinos y ella quisiera dormir con él fundidos en un abrazo.
Los efectos colaterales tienen eso, duran un poco después de cada encuentro y van cambiando, lo bueno es que en todo caso son benignos, no hay contraindicaciones, es una sintomatología que va conquistando terreno muyyyy despacito o no tanto.
La duración de los mismos es variable pero curiosamente no tienen que ver con el tipo de encuentro, tienen que ver con ellos dos en vínculo, hasta virtual.
Ninguno de los dos es el mismo que hace unas semanas y siguen aprendiéndose mutuamente.

2 comentarios:

  1. Muy lindo Silvana. Esos encuentros que no, pero si, que si pero no, y no se sabe como terminan, si es que terminan. Me encanta tu estilo. Felicitaciones!

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  2. Gracias Beatriz!!! Una de mis primeras comentaristas!!!!

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